Manías de madres:

Las madres son unas pequeñas deidades para muchos argentinos (no en mi caso particularmente ^_^), cuando insultas a alguien, le podes decir cualquier barbaridad a el, a su auto, a su vestimenta, a su hermana, pero si le tocas la madre (o la mama como acostumbramos a pronunciar en nuestro dialecto norteño), en seguida se arma la hecatombe, la debacle total. Como se te va a ocurrir tocarle a ese inmaculado ser que le dio la vida, que lo amamantó, que lo vistió y cuido. Sin mas preámbulos, este mi pequeño homenaje a las madres (no es necesario que sea el día de la madre para que escriba algo sobre ellas)

Voy a centrarme en una pequeña conducta de nuestras madres: esa extraña tendencia que tienen de avergonzarnos en público. Para cometer este acto, recurren a las mas diversas estratagemas: cuando estas con tus amigos/as te nombran por tus apodos mas íntimos y familieros (si, en mi casa me dicen gordo y que?) causando asombro, risas y gastadas generales entre tus conocidos; mostrar fotos tuyas siendo bebe en bolas, en primer lugar, que guacha en sacarte esas fotos, es casi una accion extorsiva; el puto corte balá del cual ya hable antes, la ropa de niño comprada en “Tienda San Juan” (Tara catarata taratarata), en fin, cientos de pequeñas acciones que nos avergüenzan diariamente.

En realidad hoy quería hacer referencia a un amigo mío, el gran Mikel Ivan Drago. La historia comienza un día que teníamos que ir a su casa para que nos lleve en el falcon a la casa de otro amigo. La cuestión es que mientras Mikel se cambiaba nos quedamos hablando con su madre unos cinco minutos, fue tiempo suficiente para juntar material y con el, nos caguemos de risa por muchas horas. Ahora les explico porque, pero antes

FlashBack Mode: Hace cinco años Mikel llega al punto de encuentro, se ver rabia en sus ojos, la furia lo inunda y consume, solo puede pronunciar “¡QUE CULIAU ME ROBARON!”. Luego de hacer la típica pregunta ¿Quien? (que pelotudos que somos, cada vez q nos cuentan que robaron a alguien preguntamos eso, como si el chorro cuando te esta robando te da su tarjeta, se presenta como Sr. Don Ladrón y se va con el botín). Bueno, luego de calmarlo le preguntamos que le habian robado, comienza Mikel la enumeración de objetos perdidos para siempre: un súper cuchillo de putisima madre de los marines yanquies, resistente al acido, a la sal, a la arena, a todo prácticamente; unas cuantas navajas; una serie de autos de colección; un poco de plata, y por ultimo menciona de forma muy generica “un par de CDS”.

En el presente de nuevo: Habíamos quedado en que estábamos con la mama de Mikel, entonces nos comienza a comentar (no se porque) del robo, y al toque empezamos a enumerar los objetos robados, organizados jerárquicamente en torno al súper cuchillo (de 300U$S!!!). Pero inmediatamente somos refutados por la señora madre de Mikel, “no no no chicos, lo que mas le dolió a miguelito (hayyyyyyyy le dice miguelito, tremendo huevon de dos metros y le dice miguelitoooo, ven a esto me refiero al principio) fue que le robaron su casete de Fito Páez, “Circo Beat”. En pocos segundos tuvimos una doble revelación, algo increíble ( como dato para ustedes que no conocen a Mikel es el prototipo de tipo duro, un fucking soldado que no muestra debilidades, porque en realidad no las tiene), por algo el apodo de Ivan Drago (los desinformados vean Rocky IV y entenderán mas); en primer lugar, Mikel escucha Fito Paez!!!!! Y en segundo lugar, fuimos vilmente engañados, a el no le importo tanto perder su cuchillo como su gastada cinta de rock nacional. Ante nuestro asombro la madre de Mikel continua la explicación: “a miguelito le gustaba mucho ese casete, porque cuando era chico se pasaba horas y horas escuchando esa cinta y cantando acostado en su pieza”.

Por suerte en ese momento llego Mikel, contuvimos la risa un poco, nos despedimos, subimos al auto, y le empezaron a llover las pertinentes cargadas, JAJAJAJA, ven como las madres pueden avergonzarte tan solo en cinco minutos! Así que tengan cuidado con sus madres, les debemos mucho, pero te lo cobran con muchas vergüenzas.

PD. Hasta el día de hoy seguimos cargando a Mikel entonando

“Todas las mañanas que viví, todas las calles donde me escondí”